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Alexandra Grimal - Andromeda

Sergio Piccirilli, El Intruso

La notable saxofonista y compositora Alexandra Grimal es una de las figuras más destacadas de la escena jazzística francesa. Su periplo artístico la encuentra encabezando el estelar cuarteto que motiva esta reseña y también abrazada a proyectos colaborativos como Dragons (con Nelson Veras en guitarra, Jozef Dumoiin en piano eléctrico y Dré Pallemaerts en batería), Black Dragon (junto a Lynn Cassiers, Nelson Veras, Marc Ducret, Benoit Delbecq, Jozef Dumoulin, Gilbert Nouno y Stephane Galland), Dragon Blanc (también con Veras y Doumolin) y en múltiples colaboraciones junto a músicos de la talla de Bruno Chevillon, Eve Risser, Joelle Leandre, Jarmo Savolainen, Marcus Gilmore, Yaron Herman y Jean-Jacques Avenel, entre otros.

La discografía de Alexandra Grimal incluye a sus álbumes como líder Shape de 2009, Seminare Vento en 2010 y Owis Talk de 2012 (este último en compañía de Lee Konitz, Gary Peacock y el recientemente fallecido Paul Motian), las producciones realizadas en sociedad con el pianista Giovanni Di Domenico (Ghibli de 2011) y con el tecladista Jean-Jacques Birge (Transformation de 2012) y las aportaciones en su rol de sesionista materializadas en Hotaru de 2007 del Ruben Samana Quintet, en Do Alma de 2008 integrando el cuarteto de Julio Resende, en el álbum de Frédéric Norel Dreamseekers de 2009, en sendas colaboraciones con el grupo You Had Me Hello (I Have Seen the Future de 2009 y en Meet Oliver Lake y Meet Ab Baars & Michael Moore de 2010) y en Dodecasongs, de 2012, secundando a la arpista Isabelle Olivier.

La deliberada búsqueda por evitar encasillamientos que emana del alegato estético de Alexandra Grimal se prolonga y profundiza ahora a través de su más reciente trabajo: Andromeda.

Para este álbum, Grimal se inspiró en la observación del cielo durante una noche estrellada en ocasión de hallarse en el afamado enclave de arte MacDowel Colony de la ciudad de Peterborough, New Hampshire. (Cabe recordar que la galaxia de Andrómeda es el objeto visible a simple vista más alejado de la Tierra pero su observación sólo puede llevarse a cabo en zonas alejadas de los núcleos poblacionales y fuentes de contaminación lumínica). La resultante de esa piedra basal de inspiración en que se funda, es una obra de carácter introspectivo, ascético e ingrávido que articula elementos asociados al minimalismo, la improvisación libre y el jazz de cámara, en comunión con inocultables referencias composicionales provenientes –entre otros – de Morton Feldman y John Cage. En ese sentido, resulta más que atinada la incorporación al proyecto del baterista Tyshawn Sorey, el guitarrista Todd Neufeld y el contrabajista Thomas Morgan; no sólo por tratarse de músicos talentosos y de probada eficacia sino también porque los tres formaron parte, en 2009, de un álbum con marcadas similitudes estéticas como es Koan del Tyshawn Sorey Trio.

Little Step propulsa un detallado tránsito de interacción espontánea caracterizado por la importancia adjudicada a los silencios, la lentitud de movimientos y cuya construcción sonora parece perforar los límites entre lo audible y lo inaudible.

El clima introspectivo se prolonga en Orion con un enfoque minimalista, ausencia deliberada de clímax y crisis, enlazando pequeñas células melódicas y haciendo que los sonidos aparenten desvanecerse en el espacio. En Cassiopée aflora con fuerza un temperamento contemplativo, que progresa en dirección a formas de improvisación relativamente estructuradas, hasta confluir en un clima etéreo y vaporoso signado por escasos movimientos armónicos y sutiles efectos ornamentales.

Mientras Algieba alterna abstracción, dinámica y silencios, el tema que da nombre y cierre al álbum va evolucionando lentamente desde una impronta que asocia al jazz con la música de cámara, para luego coronarse en una coda gobernada por prolongados silencios y con una pátina sonora que parece provenir más de un proceso de meditación búdica que de la necesidad de alcanzar un remate puramente musical.

Alexandra Grimal configura en Andromeda un magnífico trabajo cuyo goce y disfrute estético se va acrecentando exponencialmente en sucesivas audiciones.